De entre los postres típicos asturianos, destacan por su exquisitez, las casadiellas ("casadielles" en bable) de nuez, especie de "empanadilla" frita de hojaldre, rellena de nuez triturada con azúcar, y remojada con anís.
Es uno de los postres más antiguos del Principado, y en su elaboración solo intervienen ingredientes tradicionales de Asturias. Su origen se remonta a tiempos medievales, son un postre vinculado a las raíces agrarias y ganaderas asturianas. Se consumen durante todo el año, aunque es el postre típico de las fiestas de Carnaval junto con los Frixuelos. Está confirmado que los asturianos somos "llambiones" por naturaleza.
Su elaboración difiere dependiendo de la zona de Asturias en donde nos encontremos, así los ingredientes pueden variar de unas a otras. Unas pueden llevar yema de huevo, agua, mantequilla, manteca de cerdo o vino blanco.
Esta receta es la tradicional y casera de mi madre, lo que significa que es difícil saber la cantidad exacta de los ingredientes, pues ella siempre va calculando "a ojo" las cantidades que necesita en cada receta. Ya sabéis que las abuelas y madres suelen utilizar el "ojímetro" a la hora de cocinar, que no necesitan ir por el libro para seguir paso a paso las instrucciones, cuando están preparando un plato.
Pero esta vez, a petición mía, se prestó a hacer despacito las cosas, para que así pudiese ir anotando poco a poco, la cantidad necesaria para la elaboración de sus casadiellas. De todos modos tenemos que tener en cuenta que en el proceso de elaboración de la masa influyen muchos factores, como puede ser la marca de harina que utilicemos y su fuerza, según el porcentaje de proteína de gluten que contenga, o incluso, la humedad o la temperatura ambiente de casa, así que las medidas no las podréis tomar al pie de la letra.
INGREDIENTES
Para el relleno:
- 230 gr de nueces peladas
- 150 gr de azúcar
- 65 gr de anís
Para la masa:
- 1 taza de aceite de oliva de 0,4º
- 1 taza de vino blanco suave
- 800 gr de harina de trigo aproximadamente
- Una pizca de sal
- Media cucharadita de levadura en polvo Royal
PREPARACIÓN
- El relleno: Mezclamos la nuez pelada y triturada, el azúcar y el anís, y removemos hasta que esté todo unido. Reservamos y mientras hacemos la masa.
- La masa: En una fuente mezclamos el vino blanco, el aceite y la sal. Batimos hasta que emulsions un poco. El vino blanco ayuda a que la masa de las casadiellas no absorba demasiado aceite al freirlas.
- Dependiendo del tamaño de la taza que utilicemos para la medida de aceite y vino blanco, nos va a salir más o menos masa, pues los líquidos determinan la cantidad de harina que va a requerir la masa. Para este tamaño de taza que he utilizado, la cantidad de harina que nos ha pedido la masa han sido 800 gr. Con estas cantidades pudimos hacer unas 40 casadiellas.
- En este punto agregamos la levadura y seguimos batiendo suavemente.
- A continuación incorporamos poco a poco la harina necesaria hasta conseguir una masa que no se pegue a las manos. Utilizaremos una harina con un poco de fuerza, no de las flojas. En este caso la he adquirido en una panadería especializada, no en supermercado.
- Primero vamos añadiendo la harina a la mezcla de líquidos en la misma fuente y, cuando tenga consistencia, la pasaremos a una superficie lisa para poder manipularla con las manos, mientras vamos añadiendo la harina necesaria. Le damos unas 3 o cuatro vueltas para darle forma. La trabajaremos lo imprescindible para que no nos quede correosa.
- Es importante darle unas cuatro vueltas al amasado para que nos quede perfecta mientras la extendemos con el rodillo.
- Con esa masa, formamos una bola, que la dejaremos reposar en un plato tapada con un paño de cocina, durante una media hora.
- Transcurrido el tiempo de reposo de la masa, cortamos trozos pequeños que extenderemos con el rollo enharinado, dejando la masa muy fina. Estiraremos la masa en la meseta previamente enharinada, formando tiras de unos 8 o 10 cm de ancho.
- Entonces colocamos una cucharada de la mezcla de la nuez y cerramos los extremos uniéndolos con los dientes de un tenedor, para que no salga el relleno cuando las estemos friendo en la sartén.
- Se fríen en abundante aceite, no muy caliente, para que no se nos quemen y nos queden crudas por dentro. Cuando estén doradas, se escurren bien, se colocan en un plato con un papel antiadherente para que absorba el sobrante de aceite.
- Una vez frías, se espolvorean con azúcar glas. Se conservan perfectas durante unos 5 o 6 días guardadas en una lata o una caja....... si es que sois capaces de resistiros y que os duren tanto tiempo.
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